Muchas ideas y cosas que necesito decir pasan por mi mente, ni siquiera yo sé exactamente lo que voy a escribirte.
A veces sólo espero a que tú escribas, a veces escribo yo, la verdad no me importa quien empiece, porque hablo contigo, sigues siendo un desconocido y nunca voy a terminar de conocerte, me gusta saber que no importa la distancia, puedo hablar contigo por mucho tiempo, escribir ridículeces, cosas sin sentido, cosas simples y tontamente cotidianas, y no me da pena, no me avergüenzo, porque esa persona que escribe todo eso soy YO, nadie más, y puedo asegurarte que me has conocido mucho más que muchas personas que son mis amigos.
El tiempo es algo subjetivo, algo relativo, a veces es muy corto o muy largo, dependiendo de qué es lo que queramos y cuando lo queremos, hay cosas que nos "interrumpen" los planes, momentáneamente, pero es de dos personas de quienes depende lo que va a pasar, ya sea en un corto o largo tiempo.
Me has enseñado muchas cosas, aunque eso parezca muy difícil, he aprendido muchas cosas de mí misma, muchas cosas acerca de la vida, acerca de todo, y por ello te doy las gracias.
Sí, cada vez que te veo siento algo, no sé si tú también lo hagas, una parte de mi se muere por saberlo y la otra prefiere vivir desconociendo eso, por una sencilla razón, tengo miedo, no miedo a lo que tú sientas, sino miedo a lo que yo sea capaz de sentir por ti. Tal vez sea hora de saberlo, o la hora no llegue nunca.