sábado, 13 de septiembre de 2014

De amores improbables

Hace tiempo, mucho tiempo antes de conocerle sabía que me gustaban los amores improbables, los amores imposibles, de esos que se sufren, las parejas que luchaban por estar a lado del otro, por mantenerse al lado de su amor, como Frida y Diego y bueno, sin querer queriendo, yo también caí en ese... en esa clase de amor, que sabes, en el fondo de tu corazón, alma o lo que quiera que sea, que es súper poco probable que realmente se de, pero no me importó, no nos importó y continuamos, cada paso que dimos lo veíamos como 3 pasos, nos alegraron nuestros avances, empezábamos a creer que sí se podía, que todos los planes que hicimos desde el primer mes los íbamos a llevar a cabo... pero no, después de un tiempo te das cuenta que esos amores, que son los que más te llenan, te hacen feliz, te hacen suspirar en cualquier momento y con cualquier pendejada... son eso, MOMENTOS, no duran para siempre... y cuando se van, duelen de la chingada' te hacen querer arrancarle de tu mente, no recordar nada, ni cómo se llama, pues! Pero no se puede, dicen que es normal que duela, y sé que es parte del duelo... pero a eso te enfrentas, a eso me enfrenté yo, yo que quería lo que sabía que no podía tener y bueno, dicen que lo aprendes a la buena o a la mala... y a veces de la forma en que no quieres volver a pasarlo NUNCA...
Ésa soy yo, estoy en mi invierno, estoy tratando de sacarle de mi mente, de mi corazón, de mis recuerdos, de mi puta vida y no es porque no le quiera, porque claro que le quiero, claro que lo amo, pero me amo más a mi, y prefiero, como siempre, sufrir un momento a un sufrimiento prolongado, porque sin importar qué... él iba a seguir siendo y lo será: un hombre improbable, que te llega a lo más hondo, que te cala bonito, que te hace mierda y no cualquier mierda, la mierda más grande, esa que tiene cuatro letras: AMOR.